La "paradoja del abuelo"

¿Detrás de Nieto del Futuro hay alguna teoría elaborada sobre los viajes en el tiempo? Por supuesto, la hay. Pero antes de explicarla, empecemos por el principio.
La gran paradoja de los viajes en el tiempo, también conocida como "paradoja del abuelo", se cuestiona sobre qué pasaría si alguien trata de viajar en el tiempo y mata a su propio abuelo. Esta paradoja ha servido para argumentar que viajar hacia atrás en el tiempo es imposible.
Nieto del Futuro aborda la cuestión en el episodio 2. Abel le dice a Nyet: "Si de verdad soy tu abuelo, si me matas desaparecerás", a lo que Nyet responde: "No desapareceré. Yo existo. Cambiarás el futuro, pero ese ya no será mi futuro."
Detrás de ese planteamiento se podría deducir que está la conocida teoría de los universos paralelos. Pero no es esa la teoría que defiende la serie.
Nieto del Futuro apuesta por algo parecido a la "solución de las líneas temporales relativas". Esto es: si todas las partículas físicas de un ser humano viajaran atrás en el tiempo, esa persona podría matar a su propio abuelo (ninguna fuerza física se lo impediría) y no habría ninguna consecuencia física (no desaparecería). El yo futuro de esa persona no necesita nacer y cumplir el destino de volver atrás en el tiempo, porque no hay líneas temporales "absolutas" que deban cumplirse. Es decir, para el viajero del tiempo, el mundo del futuro dejaría de existir (iría desapareciendo mientras viaja al pasado). De lo que se deduce que sólo se podría viajar al pasado, nunca al futuro.
¿Qué opináis vosotros? ¿Cuál es vuestra teoría?

El reto del presupuesto cero

¿Se puede hacer algo con calidad técnica sin gastarse un duro? la respuesta es clara y contundente: NO. Ahora bien, la cuestión que nos atañe es: ¿Se puede hacer algo con calidad (llamémosle) artística o creativa sin gastarse un duro? sin duda, SÍ.
Ofrecer calidad técnica indiscutiblemente facilita que la gente se interese por el producto. Es como el niño al que le ponen un plato para comer: si le entra por la vista lo catará, si no, no. Peeero, cuando el niño se hace adulto, se da cuenta de que el sabor de un plato no está en su apariencia, ni siquiera en su olor. El sabor es el sabor. Y el niño acaba aprendiendo que un plato por muy bonito que luzca puede dejar muy mal sabor de boca.
En mi opinión, muchas series y productos que se están haciendo para internet están importando de forma errónea los tics de otros medios: buenas cámaras, buen sonido, buenos focos, "que pete bien", "a ver si conseguimos algún famosillo que nos haga un cameo". Todo eso está muy bien. Pero, si nos quedamos en eso, estamos ofreciendo lo mismo que el cine o la televisión.
Internet nos está ayudando a superar la barrera técnica, y para muestra un botón: Qué vida más triste. Una cámara doméstica, un trípode y unos tipos que ni siquiera eran actores. Ni iluminación, ni corrección de color, ni sonido decente. Y ahí está. No sólo les vale que dieran el salto a televisión, es que aún no ha habido otra serie de internet que la iguale a nivel de calidad (¿cómo habíamos dicho?) artística o creativa.

La fragmentación del tiempo

Desde que se inventaron la radio y la televisión una de las cosas que más han "enganchado" han sido los seriales. Por lo que recuerdo (y aún hoy en día ocurre, a veces), el seguimiento de una serie se convertía en todo un ACONTECIMIENTO. Sí, el seguimiento. No la serie en sí, que podía ser más buena o más mala. Era el seguimiento que la gente hacía de la misma lo que la convertía en un acontecimiento. Comentar cada capítulo, analizarlo, esperar ansiosamente al capítulo siguiente, intentar adivinar lo que va a ocurrir... formaba parte de la liturgia del seguimiento de la serie.
Con la llegada de la anarquía a las parrillas televisivas, donde cada canal cambia de programación en función del share o de lo que emita la competencia, seguir una serie se ha convertido en una tarea casi imposible (salvo excepciones). Toda la liturgia se ha ido al traste.
Para acabarlo de rematar llegó Internet. Fabulosa Internet, que permite "bajarse" las series y verlas del tirón (aunque también, por arriesgar o repetir, podemos comprar las series en pack, como la leche, y tragarlas antes de que se caduquen).
Ya no hay acontecimientos. A lo mejor, porque no interesan (es mejor ventilarse una serie en cuatro días, que es lo que dura la vida). O a lo mejor, porque nos hemos olvidado de la intensidad con la que se vive un acontecimiento, de cómo se llega a disfrutar.
Hay gente que comenta que prefiere esperarse para ver todos los capítulos de Nieto del Futuro del tirón, y no puedo menos que respetar su decisión. Pero, a todos ellos, simplemente decirles que se están perdiendo el acontecimiento.